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Calidad del aire – Edificio
Ubicación / Orientación
La ubicación del edificio tiene especial importancia en la calidad del aire interior. Los contaminantes del aire exterior y del suelo sobre el que se ha edificado, pueden penetrar en el interior del edificio a través de ventanas, puertas, sistemas de ventilación, elementos en contacto con el terreno, etc.
Es importante la orientación de las ventanas y los sistemas de admisión de aire exterior para que no recojan vientos dominantes contaminados, y permitan una buena renovación del aire interior; por tanto, estos elementos no deberán orientarse hacia lugares que pudieran estar contaminados por gases de combustión, vapores de torres de refrigeración, aire procedente de la ventilación de residuos u otros contaminantes.
Materiales y mobiliario
La calidad del aire interior, no sólo se ve afectada por el aire exterior, la cantidad de fuentes contaminantes en el interior del edificio puede llegar a ser importante. Los materiales de construcción, los productos de limpieza, los pesticidas, los revestimientos y el mobiliario pueden contener sustancias contaminantes que se liberan en el aire interior a temperatura ambiente (COV- compuestos orgánicos volátiles) o de forma mucho más lenta y difusa (COSV- compuestos orgánicos semi-volátiles).
Las sustancias contaminantes pueden proceder de adhesivos (formaldehídos), disolventes, resinas, productos de tratamiento de superficies, cetonas o compuestos aromáticos utilizados en productos de limpieza. Estas sustancias son nocivas para la salud, pueden provocar irritaciones y viciar el aire interior.
Una buena elección de los materiales puede ayudar a limitar la contaminación interior.
La reglamentación europea requiere que las obras de construcción, en todo su ciclo de vida, no supongan una amenaza para la higiene, la salud o la seguridad de los ocupantes en espacios interiores; en particular por emisiones de sustancias peligrosas, COV, gases de efecto invernadero o partículas peligrosas.
En el caso de algunos COV, su contenido viene especificado para ciertos productos, como es el caso de los tableros derivados de la madera.
En el caso de pinturas y barnices, la emisión de COV es máxima en el momento de la aplicación y durante la fase de secado; por ello, es importante una buena aireación durante y después de ese momento
Humedades
Una alta humedad relativa en el interior de la vivienda puede favorecer el desarrollo de mohos y ácaros, y provocar problemas de salud a sus habitantes, además de la degradación estética y mecánica de la edificación.
En función de su naturaleza y el grado de humedad, los materiales pueden convertirse en un lugar propicio para la aparición de moho; lo que facilitará la emisión de COV, olores de humedad y esporas alergénicas.
Las fuentes de humedad en un edificio son numerosas: emisión de vapor de agua (duchas, limpieza, cocina, plantas, ocupantes), agua procedente de fugas, filtraciones, capilaridad de suelos y muros en contacto con el terreno, etc.
Actividades e instalaciones
La actividad humana en el interior de las viviendas (jugar, limpiar, cocinar, etc.) provoca vapor de agua que debe evacuarse para evitar problemas de condensación y humedad. Por otra parte, el consumo de oxigeno con la respiración, debe compensarse con aire del exterior.
Para evitar que tanto la actividad humana como las instalaciones térmicas de la vivienda empobrezcan la calidad del aire interior, hay que asegurar una buena ventilación y un mantenimiento regular de los equipos de calefacción, cocción y ventilación.