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Generalidades – Cubiertas
Se entiende por cubiertas los cerramientos superiores del edificio en contacto con el aire exterior, con inclinación inferior a 60º respecto a la horizontal.
Según su pendiente, las cubiertas pueden ser de dos tipos:
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Planas, cuya pendiente suele oscilar entre el 1% y el 5%, pudiendo ser transitables o no en función de su composición.
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Inclinadas, con pendientes superiores al 5% y, en general solo accesibles para su mantenimiento.
Las cubiertas deben presentar la resistencia, estabilidad y aptitud al uso suficientes, frente a las acciones previsibles a las que van a estar sometidas:
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Peso de los materiales componentes, sobrecargas en función de su uso y el del edificio: transitable para peatones, vehículos, transitable solo para mantenimiento, etc.
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Acción del viento, en función de la exposición del edificio, de la forma de la cubierta, etc.
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Carga de nieve, en función del clima del lugar, etc.
Además de la seguridad estructural, la normativa contempla la seguridad en caso de incendio, en relación al tiempo de resistencia de la cubierta, respuesta de los materiales al fuego, etc.
La durabilidad y mantenimiento de los diferentes productos es un aspecto más a considerar para la elección de los componentes integrantes de la cubierta. En general, el mantenimiento de las cubiertas implica su limpieza periódica, especialmente la de los elementos de desagüe; la recolocación de piezas desplazadas en los tejados, la reposición de piezas dañadas; así como, en su caso, la renovación de la impermeabilización agotada su vida útil.
Componentes de las cubiertas
Los principales componentes de las cubiertas son: la capa de formación de pendientes, la barrera contra el vapor situada inmediatamente por debajo del aislante térmico cuando, según cálculo, se prevea que vayan a producirse condensaciones en dicho elemento, el aislante térmico, la capa de impermeabilización, las capas separadoras, entre componentes químicamente incompatibles, cuando deba evitarse la adherencia entre los mismos, etc., y la capa de protección en cubiertas planas y la de tejado en inclinadas, además, pueden existir o no lucernarios.
Aislamiento térmico
La mejora del aislamiento térmico en la vivienda es una de las medidas que tiene un mayor impacto en el ahorro energético, y de las más sencillas de llevar a cabo en viviendas de nueva construcción. Una vivienda mal aislada térmicamente tendrá como consecuencia una mayor demanda de los sistemas de climatización.
La información detallada se encuentra en el apartado de «Ahorro de energía»
Capa de impermeabilización
Es fundamental un adecuado diseño y ejecución de la impermeabilización, en especial en los puntos singulares, como es el encuentro con los paramentos (en los que la entrega de la lámina quedará protegida con un zócalo, perfil metálico, etc.) y el encuentro con los sumideros, ya que los fallos de estanquidad más frecuentes se producen en estos puntos.
Para una mayor durabilidad de la estanquidad de la cubierta debe hacerse una elección adecuada del tipo de impermeabilización, espesor, compatibilidad físico-química con los otros componentes de la cubierta, y su posición entre los componentes de la misma.
Capa de protección (cubiertas planas)
La función de esta capa es la de proteger el sistema de cubierta de los agentes climáticos y ambientales y del tránsito; así como favorecer la escorrentía y evacuación del agua hacia los sumideros.
El material de protección debe ser resistente a la intemperie en función de las condiciones ambientales previstas y debe tener un peso suficiente para contrarrestar la succión del viento, salvo que las piezas estén adheridas o fijadas mecánicamente.
Según establece la normativa obligatoria los materiales de protección pueden ser:
- Cuando la cubierta no sea transitable: grava, solado fijo o flotante, mortero, tejas y otros materiales que conformen una capa pesada y estable.
- Cuando la cubierta sea transitable para peatones: solado fijo, flotante o capa de rodadura.
- Cuando la cubierta sea transitable para vehículos: capa de rodadura.
Grava
Puede ser suelta o aglomerada. La grava suelta sólo puede emplearse en cubiertas cuya pendiente sea menor que el 5 %. En condiciones de exposición al viento elevada se debe aumentar el espesor de la capa de la grava.
Deben disponerse pasillos y zonas de trabajo con una capa de protección de un material apto para cubiertas transitables, con el fin de facilitar el tránsito en la cubierta para realizar las operaciones de mantenimiento y evitar el deterioro del sistema.
Solado fijo
Puede ser de los materiales siguientes: baldosas recibidas con mortero, capa de mortero, piedra natural recibida con mortero, hormigón, adoquín sobre lecho de arena, mortero filtrante, aglomerado asfáltico, etc. Las piezas no deben colocarse sin mortero en las juntas.
El material que se utilice debe tener una forma y unas dimensiones compatibles con la pendiente. Es recomendable que las baldosas que se utilicen sean de dimensiones reducidas para que se adapten mejor a las diferentes pendientes y a los puntos singulares de la cubierta, por ejemplo, de dimensiones menores a 35 x 35 cm.
Solado flotante
Puede ser de piezas apoyadas sobre soportes, baldosas sueltas con aislante térmico incorporado, etc., que se colocan con junta abierta.
Las piezas deben ser resistentes a los esfuerzos de flexión a los que vayan a estar sometidos y los soportes deben estar diseñados y fabricados expresamente para este fin.
Capa de rodadura
La capa de rodadura puede ser aglomerado asfáltico, capa de hormigón, adoquinado, etc.
Tejado (cubiertas inclinadas)
Puede estar constituido por piezas de cobertura tales como tejas, pizarra, placas, etc. Las piezas deben solaparse de acuerdo con la pendiente y otros factores relacionados con la situación de la cubierta, tales como zona eólica, tormentas y altitud topográfica.
Para garantizar su estabilidad deben recibirse con mortero o fijarse mecánicamente al soporte una cantidad de piezas suficiente, que depende de la pendiente de la cubierta, la altura máxima del faldón, el tipo de piezas y el solapo de las mismas, así como de la ubicación del edificio. En condiciones de exposición al viento elevada las piezas del tejado estarán siempre fijadas.
Red de evacuación de aguas pluviales
La normativa establece las condiciones que debe cumplir la red de evacuación de aguas pluviales de las cubiertas. La red de evacuación está integrada por: sumideros y rebosaderos en cubiertas planas, canalones en cubiertas inclinadas, y bajantes.
En el caso de cubiertas planas se deben disponer los sumideros suficientes, según la superficie de la cubierta. Además, si las cubiertas tienen un paramento vertical (antepecho) que las delimita en todo su perímetro, en algunos casos deben disponerse rebosaderos para evacuar el agua que pueda quedar acumulada por fallo de los sumideros.
En el caso de cubiertas inclinadas se deben disponer canalones de dimensiones y pendiente suficientes, según la superficie de la cubierta y la intensidad pluviométrica de la zona.
Asimismo, las bajantes correspondientes a los puntos de evacuación anteriores se deben dimensionar en función de la superficie de la cubierta servida por la bajante y la intensidad pluviométrica de la zona.
Lucernarios
Según establece la normativa deben impermeabilizarse las zonas de la cubierta que estén en contacto con el precerco o el cerco del lucernario mediante elementos de protección prefabricados o realizados in situ.