Ahorro de energía – Iluminación

La iluminación natural es el sistema más limpio y económico que existe, pero los sistemas de iluminación artificial son necesarios para complementar la luz natural y asegurar una correcta iluminación.
En las zonas comunes del edificio, se pueden conseguir importantes ahorros de energía sectorizando la iluminación, de forma que se enciendan a la vez solo las luces cercanas al pulsador de la luz. En zonas de paso, también es importante utilizar sistemas de encendido y apagado automático de la iluminación, que permiten optimizar el consumo energético, como dispositivos de control de presencia y sensores crepusculares en zonas exteriores.
Tanto en zonas comunes como en el interior de la vivienda, es esencial sustituir las bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo. Para un mismo nivel de iluminación, ahorran hasta un 80% de energía y duran 8 veces más. En el caso de encendidos y apagados frecuentes, es recomendable disponer lámparas fluorescentes con balasto electrónico, en vez de las fluorescentes con balasto convencional, ya que éstas ven reducida de manera importante su vida útil si se encienden y apagan con mucha frecuencia.
Las lámparas fluorescentes compactas, comparadas con las incandescentes, tienen un consumo cinco veces menor, se calientan menos, duran aproximadamente, ocho veces más, y por tanto, conllevan menor gasto de mantenimiento.
La eficiencia de las lámparas LED es aún más elevada que la eficiencia de las lámparas de bajo consumo (dos veces y media), aunque su coste es elevado.
Consejos de utilización:
  • Apague las luces que no esté utilizando.
  • Mantenga limpias las lámparas y las pantallas, para mejorar su rendimiento.
  • Coloque reguladores de intensidad luminosa para conseguir ambientes más confortables y para ahorrar energía.
  • Aproveche al máximo la luz natural:
    • Utilice colores claros en las paredes y techos, aprovechará mejor la iluminación natural y podrá reducir el alumbrado artificial.
    • Reserve las habitaciones más luminosas (en general, las orientadas al sur) para las estancias que se utilicen la mayor parte del tiempo durante el día, y destine las que tengan menor iluminación a otros usos más ocasionales o con demandas de iluminación menos exigentes.